Por: Dra. Pamela Jara Muñoz

En los últimos días se ha destacado la importancia de las Geociencias en la planificación territorial a la hora de construir ciudades más sostenibles, especialmente en la prevención de desastres. Esta preocupación no es nueva; de hecho, una de las industrias más riesgosas, la minería, desde sus inicios ha considerado los peligros geológicos, pues la buena gestión de estos riesgos permite no solo que la empresa siga operando, sino que es crucial para no exponer y arriesgar la vida de sus trabajadores. Siguiendo esta tradición, los estudiantes del Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Santiago (DIMIN-USACH) se están formando en estos conocimientos, y también debiesen prepararse en estos temas futuros profesionales de otras áreas.

La Geología (estudio de la Tierra en un sentido muy amplio), tiene sus orígenes en Chile desde sus propios habitantes que a lo largo de la historia han tenido la necesidad de comprender su entorno natural. Hace un par de siglos, varios naturalistas recorrieron este país en expediciones para realizar observaciones científicas. Ejemplo de ello es Darwin, más reconocido por sus hipótesis o teorías relativas a la flora y fauna que por sus muy adelantadas observaciones sobre la geología de Chile y formación de la cadena Andina. Aun así, no fue hasta la década de 1950 que se profesionalizó la geología en este país. Los inicios de esta historia son justamente de la mano de la minería. El primer Mapa Geológico de Chile fue publicado por el Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG) en 1960; luego, en 1980, el IGG se fusionó con el Servicio de Minas del Estado para conformar el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN).

Dado este contexto, y aun cuando las carreras profesionales de geología y minas se han diferenciado desde sus inicios, no es de extrañar que tanto la normativa chilena, como sus profesionales, estemos preparados para afrontar los desafíos de esta industria. El valor que se le da a la geología no es solo en la etapa de exploración o reconocimiento del mineral de interés económico para su explotación, sino en comprender el entorno en que se realiza esta actividad, reconocer y gestionar los peligros, y hacerse responsable de la intervención en el medio (tanto social como ambiental) que harán estos profesionales una vez que se integren a la vida laboral. En el DIMIN-USACH tenemos cubiertos todos estos contenidos, ya que, aunque no contamos con la carrera de Geología en esta casa de estudios, existe una preocupación de integrar profesionales de las Geociencias.  

Pero a nivel país no hemos estado a la altura, pues la prevención del desastre es menos costosa que la reconstrucción o las medidas de mitigación. En la industria minera eso lo saben, y es por esto que la cantidad de desastres que ocurren es proporcionalmente mucho menor al gran peligro al que están expuestas estas obras y las personas. SERNAGEOMIN ha hecho un buen trabajo en todas las áreas en que esta institución tiene atribuciones, pero que como país necesitamos que la geología sea reconocida no solo por su relación directa con la minería, y consolidar un Servicio Geológico Nacional, no dependiente del Ministerio de Minería para los fines no relativos a esta industria.

El llamado es a la mirada y trabajo multidisciplinario, del cual la USACH es un ejemplo a seguir, pues cuenta con una docena de académicos geólogos/as considerando profesores con jornada y por hora de clases, que prestan servicios a diversos departamentos; mientras que, en el último Congreso Geológico Chileno, hubo participación de al menos cuatro departamentos de la Facultad de Ingeniería de esta Universidad (FING USACH). Asimismo, las nuevas generaciones que han llegado a la Educación Superior son más flexibles a este trabajo colaborativo, y tenemos ejemplos de estudios que integran Geociencias y otras áreas como como arquitectura, física, sociología o pedagogía.

La integración de estos conocimientos en todas las etapas es esencial para formar ciudadanos conscientes y preparados para enfrentar estos desafíos. En la etapa escolar, todos/as los/as estudiantes chilenos reciben -o debiesen recibir- aprendizajes referidos a esta ciencia natural; inclusive, desde hace años que los contenidos geológicos son parte de la prueba de física de evaluación para el ingreso universitario (PSU, PAES). Sin embargo, en la especialización, estos contenidos son adquiridos solo por estudiantes de un número reducido de carreras, las con prefijo «Geo» e Ingeniería en Minas, que dan el ejemplo. Pero ya es tiempo de que como Sociedad nos hagamos cargo de esto en todos los niveles, reconociendo que el conocimiento geológico no solo es vital para la minería, sino también para construir una sociedad más resiliente y con un futuro sostenible.